Sol Branz, clasificada para los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 49erFX, clase en la que competirá de la mano con Victoria Travascio, contó su historia y su actualidad en un exclusivo con Prensa Fay en una de sus vueltas de Río a Buenos Aires.
– ¿Cómo y cuándo empezaste a navegar?
– De chica pasé por todos los deportes y no terminaba de engancharme con ninguno. Cuando tenía 8 años mi papá me incentivó a que pruebe a navegar en el Club San Fernando, a mí me asustaba bastante hasta que fui y me encantó. Me acuerdo que el primer día me costó, no me quería subir al barco. Estaba sentada en el borde del bote del entrenador con los pies adentro del optimist y no me animé. Al fin de semana siguiente tomé coraje y me metí.
Arranqué como la gran mayoría en escuelita, después pasé a optimist principiantes y de ahí a timoneles hasta que al club le agarró la época de la debacle, estaba en crisis, no había plata ni para la nafta, ahí me pasé al YCA (Yacht Club Argentino) dónde teminé timoneles. De ésta pasé a Cadet y no me gustó, duré como mucho 6 meses y dejé de navegar por un año aproximadamente para concentrarme en la facultad. Cuando volví, arranqué en 420 hasta que un amigo me invitó a navegar en 29er y me encantó. Igualmente no le daba tanta bola porque estaba focalizada en la facultad. Nunca dejé de navegar pero mi cabeza estaba en otro lado. En julio del último año surgió la posibilidad de la FX, fueron 6 meses de trabajar, estudiar y navegar. Me recibí y dejé todo para navegar.
-¿Cómo arrancaste a navegar con Victoria? ¿Cómo se llevan?
-Con Vicky nos conocimos de chicas en optimist, compartimos campeonatos y después coincidimos un tiempo en el YCA y nos hicimos amigas. En marzo de 2013 ella se compró el barco FX, yo en ese momento estaba a pleno con mi facultad. Antes de que llegue su barco empezó a navegar con uno parecido, ahí se dio cuenta que con la chica con la que había empezado a navegar no congeniaban y me ofreció de probar. Yo le dije que sí pero que no pensaba en hacer ninguna campaña. Ella tenía más en mente ese tema. Con respecto a la relación, el cómo nos llevamos, obvio que hay peleas pero nos llevamos bárbaro.
-¿Cómo vivieron el proceso de la campaña y la clasificación?
-El principio era tirar tiros para todos lados, entrenábamos pero no teníamos guía. Nos fue muy bien en el primer campeonato en el que competimos y por eso recibimos apoyo, eso nos dio un arranque porque hubiese sido imposible encarar todos los viajes sin esa ayuda. El 2014 lo hicimos a los tumbos porque no teníamos entrenador físico entonces nosotras hicimos la planificación con miles de viajes porque creíamos que teníamos que competir en todo. En 2015 arrancamos con un preparador físico y eso nos ordenó mucho, entendimos que no había que hacer todos los campeonatos sino algunos más específicos. A partir de ahí todo empezó a funcionar mejor.
La clasificación fue un estrés porque aparte fue acá en Buenos Aires, en San Isidro, el Mundial de 49er en el Náutico. Las primeras 10 plazas se dieron en Santander y nos fue pésimo. Hubo mucha presión, uno no está acostumbrado a hacer campaña en tu país, la rutina es distinta, no está tu gente. El primer día nos fue muy mal, por suerte pudimos remontarlo. No fue tanta satisfacción sino que fue un alivio, si no lográbamos la clasificación acá teníamos que esperar hasta enero y no íbamos a tener vacaciones. Necesitábamos frenar a descansar, había sido un año muy largo.
-¿Cómo manejás tu vida social, te cuesta estar lejos?
-Al principio me encantaba pero este año me agarró un ataque de no querer viajar más. Pasamos un 80 % del tiempo afuera, pedrés la cotidianidad con tus amigas, tu familia. Se vive arriba de una valija. Es difícil. Cuando empezás a sentirte cómoda en un lugar te vas a otro.
-¿Cómo trabajan la ansiedad previa a los Juegos Olímpicos?
-Trabajamos con un psicólogo. Es tan intensa la vida de la campaña que todo el mundo entra en crisis en algún momento. Es un deporte muy complejo que no te da tiempo para que la cabeza se vaya para otro lado. Hay que analizar tantos factores que no podes perder el foco.
-¿Cómo planifican estos días que restan previos a los Juegos?
– Ahora nos quedamos en Buenos Aires hasta el 10 de junio y nos vamos para Río. Decidimos no hacer más campeonatos afuera e ir y venir de Brasil a Bs As. El trabajo físico es en lo único en lo que no hay descanso, es fija, sea donde sea que estemos trabajamos lo físico. Acá no navegamos más, tenemos el barco en Río.
-¿Cómo se sienten con las canchas allá?
-Las tenemos muy estudiadas. Tenemos los mapas de las canchas y anotamos qué hizo el viento. Vamos teniendo un padrón.
-¿Cuáles son sus expectativas?
-Queremos llegar a la Medal Race seguro, sería fantástico sacar un diploma. Hay 9 barcos que están muy parejos, cualquiera se puede quemar la cabeza y cualquiera puede tener un campeonato brillante. Puede pasar cualquier cosa. Hay mucha presión y pasa todo por la cabeza. Si estamos bien de la cabeza y bien entre nosotras sabemos que podemos navegar al 120%.
Entrevista realizada por Prensa FAY