Si bien se destaca el anuncio como un primer paso en la dirección correcta, directivos de los clubes deportivos señalan que la Decisión Administrativa es “insuficiente”; el puerto de Buenos Aires es escala obligada para todas las embarcaciones que vienen del exterior, sin importar el destino final dentro del país.
Por Bárbara Epsztein & Domitila Dellacha – LA NACIÓN
Después de casi 700 días en los que los barcos deportivos, sin importar su bandera, no pudieran ingresar al país, el Gobierno nacional habilitó un “corredor seguro” para revertir una medida que entró en vigencia con la llegada de la cuarentena por coronavirus de 2020. Sin embargo, dirigentes de la cúpula náutica plantean que es un primer paso que resulta “insuficiente” y hasta “ridículo”.
Bajo el nombre de “plan de contingencia para el ingreso de embarcaciones de recreo o deportivas provenientes de puertos del exterior de la República Argentina”, se decretó, en la mañana del pasado martes, que habrá un solo paso fronterizo en todo el país que recibirá barcos de recreo provenientes de aguas internacionales.
Ese punto está concentrado en la ciudad de Buenos Aires, que contará con un único ingreso, ubicado en el Yacht Club Argentino (YCA) de Dársena Norte, a metros de la terminal fluvial de Buquebus. Luego de los trámites de ingreso al país, que contarán con la supervisión de autoridades de la Prefectura Naval Argentina y de Migraciones, las embarcaciones podrán dirigirse a sus respectivos clubes de amarre en cualquier lugar del país.
Si bien el lunes pasado se informó, además, la habilitación de otros tres puertos para barcos que provengan del exterior, estos son únicamente para embarcaciones comerciales, tales como los que ya funcionaban: dos buques de pasajeros que van hacia Uruguay y la terminal de cruceros Quinquela Martín.
Según comunicó el Gobierno nacional, los tres nuevos ingresos internacionales autorizados para transporte de pasajeros (los barcos deportivos quedan excluidos) son la Terminal de Cruceros de Mar del Plata, la Terminal Fluvial Binacional de Tigre, y el paso fronterizo “Pérez Rosales” que comunica el Lagos Frías con la localidad chilena de Peulla (Río Negro).
El problema, según el presidente de la Federación Argentina de Yachting, Luis Velasco, es el siguiente: “Sanidad de Fronteras no tiene capacidad operativa”. “Hay una incapacidad de volver la situación a como era antes de la pandemia”, advirtió el letrado, que desde hace meses batalla para conseguir la habilitación para embarcaciones.
“Todo esto es un primer paso. Nos habilitaron el puerto de Buenos Aires, y desde el punto de vista operativo no sé cómo vamos a manejar toda la flota de veleros y embarcaciones a motor que hay desde La Plata hasta Tigre con un puerto en dársena”, advirtió Velasco, en diálogo con LA NACION.
En la misma línea, el comodoro del Yacht Club Argentino, Alberto Urani, destacó la habilitación, pero criticó la cantidad de pasos fronterizos abiertos. “El impacto de la medida fue muy bueno en general, aunque un poco insuficiente porque hay un único club habilitado en todo el país. Es insuficiente, es mejor que nada pero un solo punto de acceso es bajo”, sostuvo.
Además, Urani advirtió que el mayor punto de concentración de embarcaciones deportivas está en Zárate-Campana. “Ni Tigre ni Mar del Plata pueden recibir embarcaciones deportivas”, aclaró. Incluso, insistió con la necesidad de considerar más puntos de ingreso al país: “Estuvimos todos varados sin poder navegar. En el corto plazo van a tener que analizar nuevas aperturas e ir generalizando protocolos”.
Con la nueva habilitación, los directivos de los clubes náuticos prevén que se podría generar un “efecto rebote” de los barcos argentinos que se encuentran en las costas uruguayas y no podían regresar a país hasta el lunes pasado. “Serán unos 50 o 60 barcos” los que estén organizando su vuelta a la Argentina desde Punta del Este, según calcula Urani.
Los dueños de estos barcos tienen cierto apuro para volver a sus clubes de amarre habituales, donde siguieron pagando mensualmente mientras se encontraban en Uruguay, por los costos dolarizados de los gastos extras de amarra y del sueldo del marinero que debe quedarse en el puerto. En el puerto esteño, un barco de 16 metros de eslora debe pagar 70 dólares por jornada.
De acuerdo a la estrategia del Gobierno nacional, cada ministerio de Salud provincial tiene la responsabilidad de enviar el proyecto de corredor seguro para sus respectivos puertos y enviarlo a Sanidad de Fronteras, a cargo de la cartera sanitaria nacional, que lo evaluará y enviará, como última instancia de aprobación, a la jefatura de Gabinete de Ministros. Antes de la validación de la cartera sanitaria nacional, los proyectos van y vienen en busca de correcciones hasta llegar a su versión definitiva.
Consultados por LA NACION, fuentes del ministerio de Salud de la Nación y de la Dirección Nacional de Migraciones descartaron que se vaya a flexibilizar el protocolo que habilita corredores seguros en el país. “Se mantiene así el circuito”, se limitaron a informar.
“Los buques de carga ingresan por todos los puertos y los de pasajeros fluviales por terminales de Buquebus, Colonia Express y Ferry Líneas”, señalaron funcionarios de la cartera sanitaria que conduce Carla Vizzotti. “Cuando se presenten los protocolos de la empresa o las empresas respectivas para su terminal en el delta de Tigre, se lo aprobaremos. Las terminales de cruceros están aprobadas las de los puertos de Buenos Aires, Ushuaia y Mar del Plata”.
Por último, fuentes oficiales ratificaron que el ingreso de embarcaciones privadas será limitado -por el momento- solo al puerto del Yacht Club Argentino. “Las embarcaciones privadas, por ahora solo en el puerto de Buenos Aires, en la terminal asignada”, señalaron.
Y es que el Gobierno nacional habilitó solo ese puerto para el ingreso de embarcaciones privadas. “Es ridículo que una embarcación sobre el Río Uruguay no tenga habilitado Gualeguaychú o Concepción del Uruguay para cruzar al Uruguay”, ejemplificó el titular de la institución que nuclea media docena de organizaciones náuticas.
Después de casi dos años de restricciones, este verano un puñado de veleros argentinos pudieron viajar al Uruguay y regresar gracias a trabajos de alta burocracia encabezados por la Federación Argentina de Yachting. El permiso se consiguió, según precisó Velasco, en una labor que contó con el apoyo y el empuje del ministerio de Turismos de la Nación.
“Cualquier barco que navega a la Antártida le encantaría frenar en Ushuaia. Hoy no pueden entrar, entonces terminan en el territorio argentino de las Islas Malvinas, que no están gobernadas por nosotros”, dijo, y remató: “Es ridículo”.
“Se hizo todo un trámite administrativo, a esto hay que encontrarle una solución distinta”, observó Velasco. Además, recordó a Luis Piedrabuena. “Uno de los héroes en la Patagonia argentina es Luis Piedrabuena, quien tenía barcos que ayudaban y prestaban auxilio a cualquier embarcación de cualquier otro lugar del mundo. Es una práctica que siempre sirvió para el reconocimiento de nuestra soberanía. Hoy día, las embarcaciones no pueden parar en nuestros puertos”.
Después de que el Gobierno nacional resolviera levantar el requisito de PCR para viajeros que presenten esquema de vacunación completo, Velasco analizó: “Para habilitar un corredor seguro tenés que tener todos los protocolos sanitarios y una estructura que no sé si en este momento de la pandemia es necesario mantener, no sé si se justifica”.
Cómo se prepara el Yacht Club Argentino
De acuerdo con la Decisión Administrativa con fecha del 31 de enero de 2022, esta sede náutica deberá proveer de “amarras de cortesía que resulten necesarias”. Además, tendrá que coordinarse “adecuadamente con las restantes autoridades de control nacionales de este tipo de embarcaciones”.
El club ya empleó los protocolos que rigen desde ayer con las llegadas de los veleros que participaron de dos regatas en Punta del Este. “Tuvieron el mismo corredor sanitario, funcionó como práctica”, explicó Urani, en la previa a funcionar como el único corredor seguro habilitado para embarcaciones deportivas en todo el país.
La capacidad total de amarras del YCA es de 180 y siempre se reservan algunas para embarcaciones que participan de competencias y no están asociadas. Para quienes deban pasar por el club con el fin de hacer los trámites de ingreso al país, “la capacidad de amarras de cortesía es entre 10 y 15″. Urani, entonces, anticipó: “Si vienen más van a tener que esperar en el antepuerto”.
Para afrontar la llegada de barcos de recreo provenientes de aguas internacionales, el YCA deberá afrontar un gasto, con la ayuda de sus socios. “Vamos a tener que reforzar las guardias de personal extra que depende de nosotros”, comentó el comodoro. Y advirtió que se puede generar un “efecto rebote” con el cambio de quincena y los barcos que quieran volver de Punta del Este todos juntos.
Ingresos en la provincia de Buenos Aires
Según Decisión Administrativa 86/2022, con las firmas del jefe de Gabinete, Juan Manzur; el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, la provincia de Buenos Aires tendrá dos vías de acceso exclusivamente para barcos de pasajeros.
Así, las embarcaciones podrán ingresar por la Terminal Fluvial Binacional de Tigre, con lanchas colectivas que suelen ir hacia Carmelo, Uruguay; y por la terminal de cruceros de Mar del Plata, que estuvo cerrada durante la pandemia.
De todos modos, estas dos aperturas no contemplan el ingreso de embarcaciones privadas, solamente podrán pasar por esos puertos embarcaciones comerciales de pasajeros. Fuentes de la cartera sanitaria de la provincia de Buenos Aires indicaron que -hasta ahora- solo estas dos terminales fueron por las que se solicitó aprobación como corredor seguro.